Giancarlo Canzanelli* and Sara Swartz°

Lo que inició como una crisis financiera ya ha tenido un impacto notable en la economía real y se volvió una crisis global del desarrollo, influenciando las condiciones de vida de las personas, generando desocupación, empeorando la pobreza y creando inseguridad. Esto es particularmente verdadero sobre todo en los países pobres y, en particular, en el África sub-sahariana, donde la caída de los precios de los productos está dañando a los pequeños productores, especialmente a las mujeres, y donde los esfuerzos para diversificar la economía están encontrando nuevas dificultades. Esta situación es reconocida también por las principales instituciones financieras internacionales. En efecto, según Obiageli Exekwesili, vicepresidente del Banco Mundial (Región África). “la crisis, aún antes de influenciar el relativamente sano sector financiero africano está haciendo agitar el espectro de la inestabilidad política, del conflicto social, y podría desencadenar un grave desastre humanitario en la última frontera del desarrollo del mundo»[1].

En el momento en el cual los presupuestos para la ayuda se reducen drásticamente, las instituciones internacionales para la cooperación al desarrollo son llamadas a proporcionar las respuestas. Ellas mismas en crisis, estas instituciones están ahora redefiniendo sus enfoques y los instrumentos para proporcionar “ayudas”. La situación actual hace que se vuelva siempre más urgente la innovación y podría ser una oportunidad para ampliar la capacidad de esta redefinición. Más allá de meros cambios de las modalidades de ayuda, podría estimular una nueva conceptualización del desarrollo y de la cooperación, valorando el protagonismo de las comunidades territoriales y de sus actores públicos y privados.

En efecto, el “territorio” no es sólo un espacio geográfico o administrativo; es también, y sobre todo, un tejido relacional complejo y, siempre más, un nuevo modelo de governance local. Este modelo está influenciando los enfoques de la cooperación al desarrollo que, en muchos casos, están promoviendo redes internacionales de territorios, llamados también “partenariados territoriales”. Estos partenariados, y sus redes de economías locales, sugieren que es posible una alternativa a la economía globalizada –como se entiende generalmente- y que la cooperación internacional al desarrollo juege un rol catalizador en este sentido.

Los autores de este segundo número de Universitas Forum han propuesto estrategias e ideas sobre cómo afrontar la crisis actual, haciendo referencia a su experiencia particular: los movimientos de las mujeres y sus redes transnacionales; el desarrollo económico local y las redes internacionales de las agencias de desarrollo económico local; el movimiento del Comercio Equitativo certificado; las redes de cooperación descentralizada y los partenariados territoriales; los movimientos para la biodiversidad y la producción de alimentos biológicos en territorios donde los gobiernos regionales y locales juegan un rol clave; las actividades llevadas a cabo para integrar las prácticas tradicionales en los sistemas de salud pública a través de redes regionales y cooperación sur-sur.

Como sostiene Vandana Shiva en la entrevista a Universitas Forum, sólo a través de economías locales fuertes y la posibilidad de la “rápida adaptación de lo pequeño” podemos emerger de la crisis actual. No sólo las economías locales permiten a las personas elegir sus prioridades de desarrollo y los canales de inversión, sino que tienden también a estimular la innovación, a invertir en los propios recursos humanos y naturales y a generar redes territoriales que conecten entre ellas a los actores públicos y privados de un determinado territorio, promoviendo cadenas de valor. En tal modo, se potencian las características únicas de cada área específica, aumentando la productividad y la competitividad en el escenario global.

Concentrarse en lo “local”, prosigue Shiva, no significa aislamiento: significa networking. El networking global de estas economías locales, en particular de aquellas en vías de desarrollo, sin los “grandes” intermediarios empresariales, puede facilitar mejores intercambios tecnológicos y de conocimientos, sirve para promover joint-venture para el acceso a los mercados globales y estimula la creación de cadenas de solidaridad social y económica. El Comercio Equitativo, por ejemplo, ofrece un instrumento para llevar a cabo una estrategia de desarrollo local endógeno en muchas formas diferentes. Por ejemplo proporcionando una base de economía social, reforzando el vínculo local-global, difundiendo valores compartidos y creando cadenas comerciales alternativas, incluidas las de las redes de Comercio Equitativo sur-sur.

En la sección “Recensiones”, además de un informe sobre el Reporte sobre el Hambre 2008 del International Food Policy Research Institute, publicamos la recensión de un libro que describe el Programa de Desarrollo Humano Local en Cuba, el cual ha generado un vasto interés a nivel internacional. El texto completo de esta publicación, que merece ser ampliamente conocida, está a disposición de los lectores.

En fin, en la sección “Puntos de vista”, proseguimos la discusión sobre la articulación de los conocimientos y de las prácticas tradicionales dentro de los Sistemas de salud pública iniciada durante el convenio internacional sobre este tema, a cerca del cual publicamos un reporte en el primer número. El comité editorial quiere animar a los lectores de Universitas Forum a contribuir con esta sección con sus puntos de vista y sus experiencias relacionadas con los temas tratados en los números publicados, a fin de mantener abierto el debate