Reynaldo Miguel Jimènez Guethòn - Universitas Forum, Vol. 1, No. 3, December 2009
EN LA PRÀCTICA
COOPERATIVAS AGRÍCOLAS EN CUBA Y SU RELACIÒN CON EL DESARROLLO LOCAL

Reynaldo Miguel Jimènez Guethòn *

Introducciòn: breve historia del movimiento cooperativo cubano

Durante casi medio siglo, Cuba ha sufrido las consecuencias de un fèrreo bloqueo econòmico, comercial y financiero por parte de los Estados Unidos; esta situaciòn se recrudeciò a partir de la dècada de los noventa. Bajo esta difìcil situaciòn el paìs ha sabido buscar alternativas para tratar de minimizar los daños en todos los sectores de la economìa y continuar avanzando en el desarrollo econòmico-social del paìs (Jimènez, 2006).

Unas de las alternativas y estrategias priorizadas por el Estado cubano han sido el constante apoyo al movimiento cooperativo y la sistemàtica atenciòn al desarrollo local en los diferentes territorios del paìs. A partir del triunfo de la Revoluciòn en 1959, el entorno territorial, a saber, barrios, bateyes (pequeños poblados en los alrededores de los centrales azucareros), comunidades y municipios comenzaron a recibir una especial atenciòn con vistas a mejorar y elevar la calidad de vida de las personas que allì vivìan. Esto contribuyò a facilitar la participaciòn de los diferentes actores polìticos, econòmicos y sociales del territorio. El cooperativismo, por su tamaño y la extensiòn de su movimiento, es la forma de organizaciòn socio-econòmica de caràcter universal màs grande del mundo. Las cooperativas se encuentran en todos los paìses del mundo, en las màs diversas culturas y economìas.

El movimiento cooperativo cubano està integrado por tres tipos de cooperativas: las Cooperativas de Crèditos y Servicios (CCS) surgidas en la dècada del 60, las Cooperativas de Producciòn Agropecuaria (CPA), creadas en 1976 y las Unidades Bàsicas de Producciòn Cooperativa (UBPC) constituidas en 1993. En Cuba el proceso de creaciòn de las primeras cooperativas en la dècada del 60, hasta las màs recientes en 1993, ha estado caracterizado por el apoyo material y el seguimiento por parte de las instituciones estatales, resaltando la preocupaciòn existente hacia el ser humano que labora en dichas unidades productivas.La Revoluciòn cubana reconociò, desde los primeros años despuès de su triunfo, al cooperativismo agrìcola como una forma de cooperaciòn que permite ventajas para la modernizaciòn de los cultivos y como una vìa de explotar la tierra en forma colectiva (Rodrìguez, 1983).

El 17 de Mayo de 1959 fue firmada la Primera Ley de Reforma Agraria, que entregaba la propiedad de la tierra a los que la trabajaban y eliminaba los latifundios que permanecìan en manos de la oligarquìa nacional y el imperialismo de los Estados Unidos, al limitar las extensiones de la tierra como propietarios a 402 ha. En octubre de 1960 fueron creadas las Cooperativas Cañeras en tierras de antiguos latifundios dedicados al cultivo de la caña de azùcar. En ellas el Estado poseìa el derecho de la propiedad sobre la tierra, y los medios de producciòn y los integrantes de las cooperativas detentaban el poder econòmico y jurìdico de la tierra. Estas primeras Cooperativas Cañeras tuvieron un corto perìodo de existencia (1960-1962). Respecto a su organizaciòn y funcionamiento, se le señalaban en la època serios errores de caràcter organizativo y de mètodos de direcciòn.

Segùn Carlos Rafael Rodrìguez, en esa època no existìan todavìa las condiciones necesarias para un desarrollo enèrgico de la cooperaciòn entre los campesinos pequeños y medios. (Rodrìguez, 1983). Segùn la definiciòn que contempla la Ley N 95 de CPA y de CCS de 2002, en el Capìtulo II del Artìculo 5, una CCS:

Es la asociaciòn voluntaria de agricultores pequeños que tienen la propiedad o el usufructo de sus respectivas tierras y demàs medios de producciòn, asì como sobre la producciòn que obtienen. Es una forma de cooperaciòn agraria mediante la cual se tramita y viabiliza la asistencia tècnica, financiera y material que el Estado brinda para aumentar la producciòn de los agricultores pequeños y facilitar su comercializaciòn. Tiene personalidad jurìdica propia y responde de sus actos con su patrimonio (Gaceta Oficial de la Repùblica de Cuba. Artìculo 5 .2002:1406).

El 3 de octubre de 1963 se promulgò la segunda Ley de Reforma Agraria, que redujo la tenencia de la tierra hasta 67 ha, y se nacionalizaron las fincas con mayor extensiòn, incrementàndose la participaciòn estatal en la agricultura cañera. Tambièn se aumentò la diversificaciòn de la producciòn y se produjo una especializaciòn de desarrollo, lo que dio lugar a una transformaciòn de las cooperativas cañeras en granjas agropecuarias estatales encargadas de suministrar la materia prima, la caña, a los centrales azucareros.

Continuando la bùsqueda de nuevas formas de producciòn agrìcola es que en 1976 se decide la creaciòn de las CPA. La Ley N 95 de CPA y de CSC de 2002, en el Capitulo II Articulo 4, define què es una CPA:

La CPA es una entidad econòmica que representa una forma avanzada y eficiente de producciòn socialista con patrimonio y personalidad jurìdica propios, constituidas con las tierras y otros bienes aportados por los agricultores pequeños, a la cual se integran otras personas para lograr una producciòn agropecuaria sostenible.(Gaceta Oficial de la Repùblica de Cuba. Artìculo 4.2002: 1406)

A principios de la dècada del 90, como consecuencia de la caìda del modelo socialista europeo y el recrudecimiento del bloqueo norteamericano hacia Cuba, la agricultura presentò disminuciones en su producciòn. El sector agrìcola se vio afectado seriamente debido a la alta dependencia de insumos y maquinaria importados para su funcionamiento. El Estado cubano tomò algunas medidas para paliar dicha crisis en el sector agrìcola:

- creaciòn de las UBPC a partir de las granjas estatales;
- fortalecimiento de las Cooperativas de Crèditos y Servicios;
- entrega de tierras estatales ociosas en usufructo;
- apertura del Mercado Agropecuario para la asistencia al mismo, tanto del sector estatal como del no estatal;
- fomento de la agricultura urbana;
- medidas econòmicas con efectos directos e indirectos en el sector agropecuario, tales como la despenalizaciòn de la tenencia del dòlar americano y la creaciòn de empresas de capital mixto.

Con la desapariciòn del modelo socialista europeo, Cuba perdiò los principales suministradores y la disponibilidad de insumos productivos se vio afectada bruscamente, con lo que el modelo vigente en la producciòn agropecuaria cubana, basado en los principios de la revoluciòn verde y consistente en el monocultivo extensivo con abundante uso de maquinaria e insumos (fertilizantes y pesticidas quìmicos) importados por las UBPC, sufriò una verdadera crisis. Ejemplo de ello fue la afectaciòn de todas las actividades relacionadas con la producciòn de azùcar, debido a los siguientes factores:

- falta de fertilizantes;
- escasez de combustible;
- reducciòn de siembras;
- insuficiencia de implementos agrìcolas;
- descenso de la atenciòn a los productores;
- carencia de piezas de repuesto, entre otros.

El año 1993 es considerado uno de los momentos màs difìciles dentro del desarrollo de la economìa cubana y en el sector agrario se vio màs agudizada la crisis econòmica. Una de las estrategias adoptadas para enfrentar esta situaciòn fue la constituciòn de las UBPC, que representò una importante transformaciòn de la agricultura cubana y es considerada por muchos especialistas en el tema como una tercera Ley de Reforma Agraria. Segùn los acuerdos tomados el 10 de septiembre de 1993 por el Burò Polìtico, las UBPC estàn sustentadas en cuatros principios bàsicos:

- la vinculaciòn del hombre al àrea como forma de estimular su interès por el trabajo y su sentido concreto de responsabilidad individual y colectiva;
- el autoabastecimiento del colectivo de obreros y sus familias con esfuerzo cooperado, asì como mejorar progresivamente las condiciones de vivienda y otros aspectos relacionados con la atenciòn del hombre;
- asociar rigurosamente los ingresos de los trabajadores a la producciòn alcanzada;
- desarrollar ampliamente la autonomìa de la gestiòn. Las unidades de producciòn que se proponen deben administrar sus recursos y hacerse autosuficientes en el orden productivo.

Desde su creaciòn, las UBPC se dividieron en dos grandes grupos, las que se dedican al cultivo de la caña de azùcar y las dedicadas a otros cultivos y a la actividad pecuaria. En el Reglamento General de las UBPC atendidas por el Ministerio del Azùcar (MINAZ) la Resoluciòn N 525 de 2003, en el Capìtulo 1, Artìculo 1 presenta què es una UBPC y sus objetivos:

Es una organizaciòn econòmica y social integrada por obreros con autonomìa en su gestiòn. Forma parte del sistema de producciòn de un Complejo Agroindustrial azucarero (CAI), constituyendo uno de los eslabones primarios que conforman la base productiva de la Economìa Nacional, cuyo objetivo fundamental es el incremento sostenido de la producciòn de caña y de su contenido en azùcar, el empleo racional de los recursos de que dispone y el mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de sus miembros (Reglamento General UBPC MINAZ.2003: 2).

Segùn la Oficina Nacional de Estadìsticas (ONE) citada por Dìaz (2005), este proceso cambiò radicalmente la distribuciòn de la propiedad de la tierra en Cuba: si en 1989 el 82% de la superficie total y el 73% de la superficie agrìcola pertenecìan a 385 empresas estatales, en el año 2000 las cooperativas agropecuarias de diferente tipo ocupan el 43% de la superficie total y el 61,3% de la agrìcola. De ellas, las UBPC ocupan el 28,7% de la superficie total y el 40,6% de la agrìcola (Dìaz, 2005). De este modo, la tierra pasò a nuevos actores sociales, entre ellos antiguos obreros agrìcolas y otras personas que no estaban vinculadas al sector agrario.

Las cifras arriba citadas muestran elocuentemente la extraordinaria importancia del sector cooperativo en la producciòn agropecuaria cubana, tanto en lo referido a la producciòn de alimentos para el consumo interno como respecto a los cultivos destinados a la agroexportaciòn. En este sentido, el investigador Armando Nova expresa que la creaciòn de las CCS, CPA y las UBPC muestra una importante expresiòn de la polìtica agrìcola del paìs, confirmando al movimiento cooperativo como la base fundamental sobre la cual se erige el sistema econòmico empresarial agrìcola (Nova, 2004).

Sin embargo, desde su creaciòn, varios reconocidos especialistas han destacado las dificultades existentes en el funcionamiento de las UBPC. Figueroa considera que en el marco del cooperativismo cubano son las UBPC las que enfrentaron las mayores dificultades para su adaptaciòn. Y agrega que este modelo surge en el momento màs crìtico de la crisis, en medio de una agricultura empresarial en quiebra y donde los patrones de organizaciòn, direcciòn y tecnològicos estàn obligados a un cambio radical (Figueroa, 1996: 29).

Diferentes estudios (Jimènez, 2000; 2003; 2005; Sulroca, 2002), realizados en el transcurso de màs de diez años de trabajo, sobre el funcionamiento de las UBPC, desde su creaciòn en 1993 hasta el presente muestran, entre otros aspectos, las siguientes insuficiencias:

- poca participaciòn de los miembros de las UBPC en la toma de decisiones;
- escasos programas de superaciòn y capacitaciòn para los cooperativistas;
- ausencia en muchos casos de mètodos y estilos de trabajo que motiven la permanencia, identificaciòn y arraigo a la cooperativa;
- poco conocimiento de los temas sobre administraciòn y economìa por parte de los administradores de las unidades productoras.

Tales dificultades en el funcionamiento de las UBPC se incrementaron notablemente en el sector azucarero debido a factores generales que lo afectaron. En abril de 2002, como consecuencia de los bajos precios de la tonelada de azùcar en el mercado internacional, el incremento de la producciòn azucarera en el àmbito foràneo (en paìses como Brasil), el aumento de la utilizaciòn de edulcorantes como el jarabe de maìz, y en el contexto nacional, la irrentabilidad de muchas de estas industrias azucareras, el MINAZ comienza a realizar una reconversiòn de todo su sistema productivo por indicaciòn de la alta direcciòn del paìs, lo que màs adelante se conociò como la Tarea àlvaro Reynoso[1].

Algunas reflexiònes sobre el desarrollo local

Las cooperativas agrìcolas cubanas estàn estrechamente ligadas al desarrollo local de su territorio. Lograr que la mayor parte de las personas participen en la toma de decisiones, desde el nivel primario hasta las instancias superiores, es contribuir a incrementar el sentimiento de pertenencia hacia lo local. Segùn Limia elevar el trabajo de desarrollo local supone un cambio importante en las mentalidades, los estilos y mètodos de direcciòn (Limia, 2006:14)

Referente al concepto de desarrollo local son muchas las definiciones y apreciaciones que existen hasta el dìa de hoy. Segùn Arocena citado por Guzòn (2006) el desarrollo local se define como: trayectorias especìficas de desarrollo que se configuran en elementos històricos, geogràficos y en mentalidades, pero que no estàn totalmente predeterminadas, sino que se transforman y evolucionan a partir de las pràcticas de los propios actores, combinadas con circunstancias y coyunturas que lo favorecen (Guzòn, 2006: 72).

Por otra parte, Gallicchio y Winchester consideran que el desarrollo local es un crecimiento endògeno y una obtenciòn de recursos de fuentes externas. Es, por tanto, un reto que tienen los actores locales en la forma de utilizar esos recursos que se encuentran en sus territorios y los que les llegan por otras vìas para elevar sus propias condiciones de vida (Gallicchio, Winchester, 2004).

Di Pietro plantea que lo local es un concepto relativo a un espacio màs amplio. No puede analizarse lo local sin hacer referencia al espacio màs abarcador en el cual se inserta (municipio, departamento, provincia, regiòn, naciòn). Actualmente se juega con la contraposiciòn local/global mostrando las paradojas y relaciones entre ambos tèrminos (Di Pietro, 1999).

Segùn Arocena (1997: 91), El desarrollo local no es pensable si no se inscribe en la racionalidad globalizante de los mercados, pero tampoco es viable si no se plantean sus raìces en las diferencias identitarias que lo haràn un proceso habitado por el ser humano.

Guzòn (2006: 72) considera que el desarrollo, por consiguiente, es el proceso que orientan los actores locales mediante acciones de transformaciòn del territorio en una direcciòn deseada y es de naturaleza continua, aun cuando se trace metas parciales a modo de escalonamiento en espiral.

El autor asume la definiciòn que, sobre desarrollo local, establecen Sorhegui y Leòn (2007: 6): Proceso reactivo de la economìa y dinamizador de la sociedad local, que mediante el aprovechamiento de recursos endògenos existentes en una determinada zona o espacio fìsico es capaz de estimular y fomentar su crecimiento econòmico, crear empleo, renta, riqueza y sobre todo, mejorar la calidad de vida y el bienestar social de la comunidad.

Un desarrollo local verdadero se logra incentivando el trabajo de las organizaciones comunitarias, capacitando a la poblaciòn que vive en esos territorios, utilizando al màximo el potencial humano y material, es decir, teniendo en cuenta sus fortalezas y potencialidades. Ademàs de utilizar òptimamente los recursos exògenos, es necesario alcanzar una activa participaciòn de todas las personas implicadas en el proceso.

Limia (2006) considera que la promociòn del desarrollo local tributa, en consecuencia, a un modo nuevo de participaciòn desde abajo, desde las bases, pero ello requiere el ejercicio de la condiciòn nueva del ciudadano, una nueva sensibilidad en su responsabilidad para con la comunidad local y el entorno, pues, cada vez màs, las personas que tomarìan las decisiones serìan los principales beneficiarios y perjudicados de sus aciertos y fracasos.

La participaciòn debe ser un elemento esencial del desarrollo. El derecho de toda la poblaciòn a decidir sobre aquello que influye en sus vidas, implica la distribuciòn del poder en la sociedad, y la transformaciòn del concepto de desarrollo. Es evidente que para lograr aumentar la participaciòn en la toma de decisiones desde abajo, es necesario que los actores sociales estèn sensibilizados, comprometidos e implicados directamente en el proceso del desarrollo local de su territorio. La participaciòn puede ser entendida como un proceso voluntario que es asumido por un grupo de personas, de forma consciente, con el propòsito de alcanzar objetivos de interès colectivo, y desarrollar las ideas y la acciòn solidaria entre los participantes. La determinaciòn de participar responde a una decisiòn y un compromiso personal.

Los aspectos fundamentales para fomentar el desarrollo local estàn estrechamente ligados a la elevaciòn de las condiciones materiales del territorio, asì como a la capacitaciòn de los actores implicados en toda la gestiòn relacionada con el desarrollo local. Es obvio que entre màs preparados estèn los miembros de las comunidades, mayor serà la participaciòn en la toma de decisiones y en todas las actividades que realicen.

Para Gallicchio (2004: 4), existen aspectos esenciales al abordar el desarrollo local:

- se trata de un enfoque multidimensional e integrador;
- se trata de un enfoque que se define por las capacidades de articular lo local con lo global;
- se trata de un proceso que requiere actores de desarrollo, que se orienta a la cooperaciòn y negociaciòn entre esos actores;

Para lograr un satisfactorio resultado, a partir de lo antes expuesto, es necesario que la cooperaciòn se establezca entre lo local y los demàs actores de los diferentes niveles (regionales, nacionales e internacionales). Para Enriquez, el desarrollo local tiene las siguientes connotaciones: constituye un proceso de concertaciòn entre los agentessectores y fuerzas que interactùan en un territorio determinado, lo cual contribuye a impulsar, con la real participaciòn de los ciudadanos, el proyecto comùn de desarrollo. Ello implica la generaciòn de crecimiento econòmico, equidad, cambio social y cultural, sustentabilidad ecològica, enfoque de gènero, calidad y equilibrio espacial y territorial. Esto contribuirà a elevar la calidad de vida de cada familia, ciudadano y ciudadana que vive en ese territorio y, por consiguiente, apoyarà el desarrollo del paìs. De esta forma se pueden enfrentar adecuadamente los retos de la globalizaciòn y las transformaciones de la economìa internacional (Enrìquez, 2003). Se evidencia, entonces, la importancia que tiene el desarrollo local como herramienta necesaria en la estrecha relaciòn de los agentes locales con los agentes regionales, nacionales e internacionales.

Segùn Garofoli, citado por Boisier (1999: 13-14): El desarrollo endògeno significa, en efecto, la capacidad para transformar el sistema socio-econòmico; la habilidad para reaccionar a los desafìos externos; la promociòn de aprendizaje social; y la habilidad para introducir formas especìficas de regulaciòn social a nivel local que favorecen el desarrollo de las caracterìsticas anteriores. Desarrollo endògeno es, en otras palabras, la habilidad para innovar a nivel local.

Boisier precisa que el desarrollo endògeno se produce como resultado de un fuerte proceso de articulaciòn de actores locales y de variadas formas de capital intangible, en el marco preferente de un proyecto polìtico colectivo de desarrollo del territorio en cuestiòn (Boisier, 1999: 15). Es indiscutible la estrecha relaciòn existente entre desarrollo endògeno y desarrollo local, considerando siempre que el desarrollo local serà siempre endògeno.

Las cooperativas agrìcolas y el desarrollo local en Cuba

En Cuba las cooperativas agrìcolas contribuyen al fortalecimiento del desarrollo local, al encontrarse vinculadas al territorio donde estàn ubicadas. De esta forma favorecen el desarrollo endògeno de esa àrea territorial. Ademàs, entre una de sus misiones està contribuir al desarrollo sostenible de sus comunidades, lo cual està reflejado en el 6to principio cooperativo de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI): Las cooperativas sirven a sus miembros màs eficazmente y fortalecen el movimiento cooperativo, trabajando de manera conjunta por medio de estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales (ACI, 1995).

Las cooperativas tienen la facultad de producir bienestar y poder incrementar el nivel de vida de sus miembros y demàs personas que viven en los territorios cercanos a ellas, a travès de sus producciones y servicios alternativos. Las cooperativas constituyen importantes agentes estimuladores del desarrollo local.

Estrechamente ligado al desarrollo local de los territorios del paìs estàn los Consejos Populares a nivel municipal, provincial y nacional. Especìficamente radican en ciudades, pueblos, barrios, poblados y zonas rurales. Ellos se constituyen a partir de los delegados elegidos en las circunscripciones. Estos Consejos Populares se desempeñan en el desarrollo de actividades de producciòn y servicios y se esfuerzan por cubrir las necesidades econòmicas, culturales, educaciones y sociales de la poblaciòn. Promueven la participaciòn de los actores locales en la soluciòn de sus problemas y coordinan acciones entre las entidades de su territorio (Constituciòn de la Repùblica de Cuba. Articulo 104. 2003). Los Consejos Populares devienen un valioso instrumento en el desempeño del desarrollo local en los diferentes territorios del paìs.

Actualmente entre los grandes desafìos que presenta la relaciòn desarrollo local- cooperativas agrìcolas estàn los siguientes:
- continuar el fortalecimiento de los gobiernos locales a travès de la capacitaciòn en las temàticas necesarias;
- lograr la obtenciòn, por diferentes vìas, de los recursos materiales y financieros para el desarrollo del territorio;
- mejorar la calidad de vida de la poblaciòn;
- estimular la innovaciòn y la bùsqueda de soluciones a los problemas del territorio;
- fomentar todo el proceso de desarrollo endògeno en cada territorio;
- continuar con el proceso descentralizador en la toma de decisiones por parte de los implicados en el desarrollo local de cada territorio, de modo que facilite una mayor autonomìa a los gobiernos locales.

Es necesario que las personas interioricen que el desarrollo local es una vìa para el aprovechamiento de los recursos locales, la potenciaciòn del desarrollo endògeno y el acertado empleo de los recursos externos.

Ante todo deben vencerse los retos que tiene hoy la relaciòn cooperativas - desarrollo local, si se pretende lograr una sinergia entre todos los actores de la localidad involucrados en el proceso de desarrollo. Este permitirìa alcanzar un desarrollo sostenible incentivando el desarrollo endògeno de cada territorio.

No hay dudas que el desarrollo local constituye una estrategia que estimula la reactivaciòn de la economìa, favorece la participaciòn de las personas en la toma de decisiones e impulsa la adecuada utilizaciòn de los recursos endògenos.

Referencias

Alianza Cooperativa Internacional (1995) 'Declaraciòn de la Alianza Cooperativa Internacional sobre la Identidad Cooperativa'. ICA, XXXI Congreso, Manchester, en: http://www.cooperativaobrera.com.ar/institucionales/declaracion.jsp
Arocena J. (1997) 'Lo global y lo local en la transiciòn contemporànea', Cuadernos del CLAEH, n. 78-79, Montevideo
Boisier S. (1999) 'Desarrollo local: ¿De què estamos hablando?'. Documento comisionado por la Càmara de Comercio de Manizales, Colombia, en: http://www.fts.uner.edu.ar/catedras03/adm_publica/lecturas/27_Desarrollo_local.De_que_estamos_hablando_BOISIER.pdf
Di Pietro L. (1999) El desarrollo local. Estado de la cuestiòn. Buenos Aires: FLACSO
Dìaz B. (2005) 'Migraciones Este-Oeste en Cuba. Las cooperativas agrìcolas como vìa de inclusiòn social'. Ponencia al IX Seminario Internacional UniRcoop, Rìo de Janeiro, octubre 3-5
Enriquez A. (2003) 'Desarrollo Local: hacia una nueva forma de desarrollo nacional y centroamericano', Alternativas para el Desarrollo, n. 80, Diciembre. San Salvador: FUNDE
Figueroa V. (1996) 'El Nuevo modelo agrario en Cuba bajo los marcos de la reforma econòmica', en Equipo de Estudios Rurales, Desarrollo Rural y Participaciòn. La Habana: Universidad de La Habana
Gallicchio E. (2004) 'El desarrollo econòmico local en Amèrica Latina. ¿Estrategia econòmica o e construcciòn de capital social?'. Programa de Desarrollo Local - CLAEH, Uruguay
Gallicchio E., L. Winchester (2004) Territorio local y desarrollo: experiencias en Chile y Uruguay [2 ediciòn]. Montevideo: Ediciones SUR y CLAEH
Guzòn A. (2006) Estrategias municipales para el desarrollo local en Desarrollo local. Retos y perspectivas. La Habana: Editorial Academia
Jimènez R. (2000) 'Las cooperativas cañeras en Cuba: estudio de caso'. Tesis de maestrìa: IRECUS, Universidad de Sherbrooke, Canadà
Jimènez R. (2003) 'El cooperativismo cubano: Historia, Presente y Perspectiva', Revista UniRcoop, Red Universitaria de las Amèricas en estudios Cooperativos y Asociativismo, vol. 1, n. 2
Jimènez R. (2005) 'Educaciòn y Formaciòn Cooperativa. ¿Una estrategia posible para elevar la participaciòn en la toma de decisiones en las cooperativas cubanas?'. Programa FLACSO-Cuba, Universidad de La Habana
Jimènez R. (2006) 'Educaciòn para la participaciòn social en las Unidades Bàsicas de Producciòn Cooperativa (UBPC). Estudio de caso'. Tesis de Doctorado, Universidad de La Habana
Limia M. (2006) 'Pròlogo' en A. Guzòn, op. cit. La Habana: Editorial Academia
Nova A.(2004) 'El Cooperativismo lìnea de desarrollo en la agricultura cubana 1993-2003'. CEEC, Universidad de La Habana
Rodrìguez C.R. (1983) 'Cuatros Años de Reforma Agraria', Letra con Filo, vol. II, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales
Sorhegui R., C.M. Leòn (2007) '¿Es viable el desarrollo local en Cuba?'. Facultad de Economìa, Universidad de La Habana
Sulroca F. (2002) 'Evoluciòn econòmico-productiva de las UBPC cañeras'. Tesis de maestrìa. Programa FLACSO-Cuba, Universidad de La Habana


* Reynaldo Miguel Jimènez Guethòn es Profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Cuba.

1. àlvaro Reynoso (1829-1888), insigne agrònomo cubano especialista en la caña de azùcar.

Universitas Forum, Vol. 1, No. 3, December 2009





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